En la ciudad y la naturaleza, el desorden es positivo

La entropía urbana es diversidad, un desorden positivo que genera mayores oportunidades. Donde hay diversidad, hay más posibilidades de encontrar lo que estamos buscando.

Por ejemplo, en un barrio puramente residencial, será necesario moverse, salir del sector para poder comprar, estudiar, ir al doctor o lo que sea que necesitemos. Un barrio desordenado, en cambio, es uno donde convive lo residencial con el comercio y servicios.

Esto es a lo que debe apuntar la ciudad para ser más sustentable. De esta forma, disminuye la huella de carbono al promover menos recorridos en automóvil o transporte público, y mejora la calidad de vida de las personas, quienes tendrán todo, idealmente, a solo 15 minutos caminando o en bicicleta. Esta es la famosa “ciudad en 15 minutos”, tendencia mundial que usa la entropía urbana como base para llevarla a cabo.

Francisco Bascuñán Walker, Director Ejecutivo y Arquitecto de Norte Verde, dio una entrevista a Radio Pauta en la que habló de los beneficios que tiene la entropía urbana.

Para ver la entrevista completa, pueden hacer click en el siguiente link: https://www.pauta.cl/ciudad/ciudad-entropia-naturaleza-francisco-bascunan

Construir una mejor ciudad

En febrero celebramos un nuevo aniversario de la fundación de Santiago. Nuestra ciudad cumplió 480 años y es inevitable pensar cómo ha cambiado a través de los años o, mejor dicho, cómo la hemos ido interviniendo, para bien o para mal.  También debemos mirar lo que es imperativo mejorar para tener una mejor ciudad.

 

Desde su nacimiento hasta hoy, la capital ha tenido un sinfín de cambios urbanos, algunos de mayor aporte y más acertados que otros. No cabe duda, de que esta ciudad se ha vuelto más compleja en su planificación, habitabilidad, interacción social y, en general, en las dinámicas marcadas por el ritmo vertiginoso de una urbe globalizada, que muchas veces crece de manera poco armónica.

 

Es innegable que la expansión urbana de Santiago ha traído segregación social, desequilibrios territoriales y afectación medioambiental, entre otros problemas. Pero también hay aspectos positivos que reconocer, porque si bien hoy tenemos una ciudad mucho más congestionada, al mismo tiempo ofrece conectividad y buenos espacios públicos. Tenemos una ciudad más equipada en comercio, servicios, entretención. Pero no es suficiente.

 

Es necesario comprender que el panorama urbano también se ha ido modelando en respuesta a los nuevos estilos de vida de las personas y a la configuración de la familia. Ésta se ha reducido a un promedio de 2,43 hijos. También hay mayor cantidad de inmigrantes (1.492.522, según datos del INE 2019), por lo que las necesidades habitacionales seguirán aumentando. El efecto de la pandemia dejó un déficit habitacional de 600 mil hogares, según estimaciones del Ministerio de Vivienda, realidad que hay que atender con urgencia.

 

En este panorama, cabe preguntarse hacia dónde debieran caminar las políticas públicas en materia de planificación urbana, cómo las inversiones públicas y privadas pueden canalizar las nuevas dinámicas de la ciudad y cuáles debieran ser las prioridades en pos de superar la segregación territorial. Esta época contemporánea nos obliga a aprovechar el espacio urbano lo mejor posible y a tener claro que ya no es una opción crecer en extensión.

 

El desarrollo va creando nuevas urbanizaciones y hoy más que nunca tenemos la responsabilidad de diseñar ciudades más conscientes con las personas y el medio ambiente, donde la gente pueda vivir bien conectada, favoreciendo la preferencia por caminar o usar las redes de transporte. Se trata de mejorar los espacios públicos, áreas verdes, paseos peatonales, ciclovías y disminuir el uso del auto. Esto tiene solo ganancias: mejora la salud, contamina menos y genera menores costos tanto para la persona como para la ciudad en conjunto.

 

Es imperativo que este aspecto sea considerado en las intervenciones e inversiones tanto públicas como privadas. Las autoridades tienen que hacer su aporte y el sector privado también.  Todos estamos de acuerdo en que es urgente que las ciudades se desarrollen con una política sostenible y sustentable en el tiempo, avalada en antecedentes técnicos, sociales, ambientales y culturales, cuyo objetivo principal sea velar por la calidad de vida de sus habitantes.

 

Para que esta tarea se cumpla y todos podamos aprovechar las ventajas que produce el desarrollo, se necesita avanzar con rapidez y mejorar cosas. Por ejemplo, que las políticas públicas sean evaluadas conforme al bien común, y no a intereses particulares, yendo en el mismo sentido que las necesidades de vivienda de las personas; mejorar la coordinación entre diseño y regulación, que exista una autoridad técnica única que garantice la coherencia de los proyectos para ofrecer mejores condiciones habitacionales; que las nuevas normativas evalúen todas los efectos que tendrá su aplicación, aun cuando su objetivo final sea bueno, y, dejar de tenerle miedo a la densificación. Es posible densificar con diversidad, integrando diferentes estratos sociales en la planificación.

 

La deuda es de todos los actores involucrados, públicos y privados. Depende de nosotros cómo queremos seguir diseñando nuestra ciudad.

La ciudad en 15 minutos

Además de vivir con plantas, otra tendencia que afortunadamente se está imponiendo en todo el mundo es la que propone la ciudad en 15 minutos. ¿Qué significa esto?

Que todos los servicios que necesitamos estén a no más de 15 minutos desde nuestro hogar. Y es más: idealmente, esos 15 minutos deben ser caminando o en bicicleta.

Hoy estamos muy acostumbrados a transitar largos trayectos para ir de un lugar a otro: de la casa al trabajo, al colegio, a la universidad, al supermercado, y así. Pero esto impacta negativamente en nuestra calidad de vida. Debido a las largas distancias, solemos hacer estos trayectos en auto, lo cual tiene una enorme huella de carbono y trae, además, un estilo de vida sedentario.

La ciudad en 15 minutos es más ecológica y promueve una mejor calidad de vida para todos quienes la habitan. Es por esto que Paris y algunas ciudades de Dinamarca, por ejemplo, ya la están implementando. Esto se logra haciendo que más calles sean peatonales y cambiando los planes reguladores, densificando de forma inteligente para que todos los barrios sean diversos en sus usos.

En Chile, aún nos falta camino por transitar para llegar a ser una ciudad en 15 minutos, pero esa debe ser la meta. Para ello, es fundamental que todas las políticas se enfoquen en el diseño esta ciudad del futuro más amigable e inteligente.

¡Ganamos los PAU!

Tras dos nominaciones en años anteriores, este año ganamos los premios PAU. Nuestro icónico proyecto Ñuñoa Vida fue reconocido como el Mejor Proyecto Inmobiliario de Densificación Equilibrada. Este Premio al Aporte Urbano -distinción entregada por el Minvu, la Cámara Chilena de la Construcción, el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, el Colegio de Arquitectos y la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile- reconoció a Vida en la categoría de Densificación Equilibrada que evalúa cinco pilares:

  • Que sea parte de un proceso planificado y no un proyecto individual
  • Que favorezca la integración social y urbana
  • Que el proyecto respete la escala de barrio y que considere la participación ciudadana en los diseños y en la implementación del proyecto
  • Que sea eficiente: que tenga sentido de densificar según la existencia de bienes y servicios públicos
  • Que el proyecto tenga un equilibrio entre sustentabilidad económica, social y medioambiental

Entre los atributos que destacaron del proyecto estuvieron principalmente la entrega de una plaza pública al barrio y que le dimos nueva vida a este sector de la ciudad que estaba infrautilizado. Fuimos la primera inmobiliaria en poner el ojo en esta zona de Ñuñoa, que era industrial y estaba un poco abandonada. Después de nosotros, varias inmobiliarias han desarrollado proyectos en el sector, transformándose en un nuevo polo urbano de la ciudad: Nueva Ñuñoa.

Además, Vida es el primer proyecto residencial en el que sus dos torres habitacionales están unidas por un puente de doble altura en el que se encuentran las áreas comunes, con vista panorámica a la ciudad.

Ciudades del futuro

Hoy en día, un 55% de los humanos vivimos en ciudades, pero, según la Organización de las Naciones Unidas, en 2050 ese número aumentará a un 68%. Esto significa que en 30 años tendremos que construir nuevo espacio urbano para alrededor de 2500 millones de personas. Nunca en la historia de la humanidad hemos tenido que construir tanta ciudad. Si a esto le sumamos que las ciudades sólo ocupan el 2% de la superficie terrestre, el resultado será una evidente concentración de personas en torno a estos desarrollos.

Todo indica que este crecimiento y concentración de ciudades se realizará en altura más que en extensión. No solo porque las ciudades que crecen en extensión son poco ecológicas, al  usar territorios que no son necesarios, sino que obligan a sus habitantes a tener que recorrer grandes distancias para ir de un lugar a otro. Todo esto hace que aumente la huella de carbono del planeta, tema clave a considerar en el desarrollo de la humanidad.

Es por esto que se hace necesario dejar de lado el pensamiento del crecimiento de ciudades por extensión y re pensarlas como barrios verticales. Es clave incorporar conceptos nuevos en las políticas públicas donde se incorporen urbanizaciones más inclusivas y sobre todo planes de desarrollo comunales que fomenten la diversidad de usos permitidos, donde puedan interactuar oficinas, viviendas, comercio, educación y áreas verdes en un mismo sector.  De ahora en adelante, los proyectos  debiesen fomentar el  uso mixto, de esta forma densificamos conscientemente y los ciudadanos no se ven obligados a desplazarse  grandes distancias para abastecerse o trabajar.

Adicionalmente, los edificios debiesen incorporar espacios de uso común que tengan verdadera utilidad, como zonas cowork o salones gourmet. También es importante considerar que un edificio representa un vecindario, la primera escala de la jerarquía urbana, con grupos de viviendas de hasta 500 unidades. Según la Organización Mundial de la Salud, un vecindario debe incluir por lo menos 1 m2 de área verde por habitante, y eso es a lo que debemos aspirar en los edificios.

Es fundamental que las autoridades, junto a las inmobiliarias, constructoras y sociedad civil, nos hagamos responsables de esto y busquemos en conjunto una planificación consciente de cómo queremos que sean las ciudades del futuro. Y en este debate, los barrios verticales, espacios de uso común sustentables y áreas verdes deben ser protagonistas.

 

Roberto Bascuñán W.
Gerente General Inmobiliaria Norte Verde

Nuevos estándares de áreas verdes en los edificios

En el mundo actual, se ha definido que la primera escala de la jerarquía urbana son los vecindarios, con grupos de viviendas de hasta 500 unidades. Luego vienen los barrios, con hasta 3.000 viviendas, las comunas, con hasta 10.000 y, finalmente, las ciudades, con más de 30.000.

Según la Organización Mundial de la Salud, el óptimo de dotación de áreas verdes por habitante para estas distintas escalas jerárquicas son de 1 m2, 2 m2, 5 m2 y 5 m2 respectivamente. Un edificio de tamaño razonable se encuentra en la escala de vecindario, por lo que siempre debiesen tener al menos 1 m2 de área verde por habitante.

Esta meta no es fácil de alcanzar, pero es fundamental comenzar a incorporarlo como estándar básico en las nuevas ciudades.

Eso es lo que nos propusimos como Norte Verde en todos nuestros proyectos futuros, y esperamos que las inmobiliarias, constructoras y autoridades comiencen a implementarlo e incentivarlo también, para que podamos comenzar a diseñar entre todos ciudades más conscientes con la salud y calidad de vida de sus habitantes, además de con el medio ambiente.

 

 

La ciudad después de la pandemia

El debate sobre la densificación y cómo se concibe la ciudad sostenible adquiere relevancia a raíz del coronavirus y en estos días ha comenzado a acuñarse el concepto de ciudad saludable o post pandemia.

 

Se piensa, equivocadamente, que alejando a las personas del centro de la ciudad se conseguirá calidad de vida y la emergencia sanitaria ha probado justamente lo contrario. En los sectores más periféricos, la falta de acceso a establecimientos de salud, equipamiento comercial y servicios, ha obligado a las personas a grandes desplazamientos para suplir necesidades básicas, una dependencia del transporte público, lo que se traduce en una peor calidad de vida y en esta emergencia, riesgo para la salud.

 

La inequidad territorial ha existido siempre y es tiempo de abordarla, con una mirada que apunte a acercar los servicios a las personas y conectar las zonas donde hay desigualdad. Adaptar la ciudad significa cambiar el foco y entender que cuando se densifica con equilibrio, se otorga más posibilidad de acceso a lo que las personas necesitan para su diario vivir y que cuando no se densifica, las ciudades se extienden y las autoridades no logran responder de manera oportuna ni eficiente a necesidades de salud, educación, seguridad y transporte en las zonas más alejadas de la urbe.

 

La densificación permite, también, desarrollar ciudades más benévolas con el medio ambiente, barrios caminables, vida al aire libre y aprovechamiento del espacio público en los que se puede favorecer la vinculación con distanciamiento.

 

Vale la pena mirar la experiencia internacional y buscar evidencia de ciudades que han sabido impulsar un crecimiento urbano saludable. En Vancouver y Nueva York, la densificación mejoró la calidad de vida de las personas, quienes dejaron los autos en casa, comenzaron a desplazarse a pie y a ocupar las áreas verdes públicas. Singapur, en tanto, comprendió algo esencial sobre las ventajas de la densidad urbana: que sólo podría mantener los espacios verdes creciendo hacia arriba.

 

Por ello, el desafío de acercar la ciudad a las personas es gigante tanto para las autoridades, responsables de las políticas habitacionales como para los desarrolladores. Hoy más que nunca se hace fundamental no volver a permitir ningún tipo de planificación de un conjunto mono funcional. Debemos empezar a fomentar edificios mixtos: locales comerciales, oficinas y habitacional; y densificar con diversidad, integrando diferentes estratos sociales en todo tipo de planificación, evitando que los trabajos se encuentren lejanos a los puntos de residencia.

 

La densificación es la base, y la diversidad social y de uso son un desde en el camino hacia evitar los grandes trayectos que muchos se ven obligados a realizar diariamente. Necesitamos ciudades más densas, diversas y compactas, no solo por un tema de salud, sino también para mejorar la calidad de vida de todos y disminuir el impacto ecológico de las ciudades sobre el medio ambiente. Creer que oponerse a la densificación es la manera de cuidar a las personas, parece políticamente correcto, pero es una pésima política urbana que trae en la mayoría de los casos peores consecuencias que el mal que pretende evitar. La pandemia se ha encargado de demostrarlo.

 

Roberto Bascuñán, Gerente General Inmobiliaria Norte Verde

Burbujas sociales para enfrentar el Covid-19

La comunidad y el contacto con el otro son fundamentales para el bienestar del ser humano, por lo que aislarse completamente puede ser contraproducente y traer efectos nocivos para su salud, como la depresión y ansiedad que se ha extendido alrededor del planeta con la crisis que ha traído el Covid-19.

Quizás por esta razón, en Nueva Zelanda, un país que ha tenido gran éxito en su manejo de la pandemia, han incorporado las “burbujas sociales”: edificios completos que hacen cuarentena, pero mantienen sus relaciones como comunidad.

¿Por qué pasar la cuarentena en soledad encerrados en sus departamentos? De por sí, con ciudadanos responsables, un edificio puede guardar cuarentena en conjunto sin tener que recluir a sus habitantes en sus departamentos individuales, sino compartiendo de forma segura los espacios comunes.

Resulta interesante, entonces, el hecho de que habitar un barrio vertical puede, a corto plazo, crear estas “burbujas sociales”. De esta manera, se fortalece la comunidad y se mantiene el distanciamiento social entre burbujas.

Con esta idea en mente, creo que para el futuro será más importante que nunca pensar en edificios como barrios verticales: con locales comerciales en las primeras plantas, comunidades pequeñas, áreas verdes y espacios comunes amplios y novedosos. Sin olvidar, además, que construir verticalmente es mucho más ecológico que seguir expandiendo las ciudades horizontalmente, quitándole terreno a la naturaleza.

 

Francisco Bascuñán W.
Arquitecto y Director Ejecutivo Inmobiliaria Norte Verde

Arquitectura para disminuir el ruido de la ciudad

Uno de los problemas más comunes en la ciudad es el ruido que hay en ella, muchos se acostumbran con el tiempo pero otros simplemente terminan por cansarse. En la actualidad, la arquitectura sustentable está entregando novedosas soluciones para este problema.

 

A la hora de elegir el lugar donde adquirir un nuevo inmueble, ¿consideras el ruido como un posible factor de compra?

Para la mayoría el ruido no es un problema, pero la verdad es que es una forma de contaminación que muchos no consideran a la hora de habitar un lugar.

La ciencia ha demostrado que se debe considerar la contaminación acústica como una amenaza vinculada a problemas de salud como trastornos del sueño, enfermedades vasculares, desempeño laboral e incluso pérdida de la audición.

¿Puede la arquitectura ayudar a combatir la contaminación acústica? Expertos indican que sí y entregan algunas soluciones.

La arquitectura auditiva es una especialización de la arquitectura que se centra en el efecto que los edificios pueden tener sobre la salud de las personas. El uso de la tecnología y nuevos tipos de materiales de construcción podrían ayudarnos no solo a construir mejores ciudades nuevas, sino también a reparar las antiguas.

Los edificios existentes pueden modernizarse con fachadas vibratorias que pueden potencialmente cancelar el sonido, produciendo un sonido a la frecuencia y banda de onda correcta, que contrarresta las ondas de sonido de los ruidos molestos.

En otras palabras, la ciencia junto con nuevas materialidades usadas en las construcciones pueden igualar las ondas que emiten los fuertes ruidos y anularlas.

 

Jardines interiores en edificios

Vivir en un ambiente lo más natural posible es un anhelo constante de las personas que habitan en la ciudad. La tendencia apunta a que las inmobiliarias están incluyendo cada vez más espacios verdes para mejorar la calidad de vida de los habitantes.

 

¿Qué espacios verdes están de moda en los edificios?

Los jardines interiores son la tendencia en la industria. Estos espacios entregan importantes beneficios a la vida cotidiana, desde una mejor estética y salud hasta una mayor productividad. Investigaciones han demostrado que las plantas de interior ayudan a eliminar los contaminantes presentes en el aire, e incluso pueden reducir el uso de energía.

Estos beneficios complementan las ventajas estéticas obvias de un jardín bien diseñado, haciendo del jardín interior una característica residencial atractiva en varios frentes.

Pero ojo, los jardines interiores requieren de condiciones especiales para crecer sin problemas. Estas condiciones varían según el tipo de planta que se cultiva y los métodos y soportes que permitirán su crecimiento.

 

Requerimientos

Luz: Las plantas necesitan luz para fotosintetizar, crecer y sobrevivir. Sin luz, las plantas pueden estancar su crecimiento.

Humedad: Habitualmente, los jardines interiores sufren de baja humedad, lo que puede hacer que las plantas se marchiten y las hojas se sequen.

Temperatura: La mayoría de las plantas prosperarán a temperaturas que oscilan entre los 18 y los 24 grados Celsius.

Agua: Es importante que los jardines interiores sean regados adecuadamente, aunque tampoco deben recibir agua en exceso.

 

Los jardines interiores son un aporte total a la arquitectura sustentable de los edificios, siendo una tendencia que va en crecimiento, pero requieren varios cuidados. Las plantas no son adornos, son seres vivos y hay que protegerlas desde ese lugar.

 

Canal de denuncias NV
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