Las plazas en altura vienen a ser una reivindicación del espacio que han perdido las personas que habitan la ciudad.
El mundo avanza a un ritmo vertiginoso y las ciudades se presentan como el centro neurálgico y el corazón de la vida contemporánea. Las personas intentamos adaptarnos a lo que nos ofrece la urbe sin tener muchas opciones y, la mayoría de las veces, sin contar con la información necesaria para tomar decisiones que promuevan nuestra calidad de vida.
Durante la última década, el 75% del total de viviendas edificadas en Santiago, fueron departamentos, situación que advierte que en menos de 10 años habrá en la capital cuatro veces más departamentos que casas.
Es innegable que los edificios son una respuesta óptima a la densificación de la ciudad. Sin embargo, también se plantea el desafío de velar por los barrios y un desarrollo sustentable.
La densificación forma parte del desarrollo económico y las radiografías realizadas por reportes que buscan entender las características claves de las viviendas y cómo afectan la calidad de vida de los distintos barrios de Santiago, dan como resultado que junto al incremento exponencial en la oferta de departamentos, aumenta el número de personas que hacen uso de sus calles, plazas, equipamientos y servicios, modificando las dinámicas del barrio y sus habitantes.
Sin embargo, la realidad es que no quedan muchos espacios en donde la gente pueda recostarse a leer un libro, correr, sentarse sobre el pasto con sus hijos o amigos y compartir.
La solución sustentable:
Como respuesta a esta nueva problemática, inmobiliarias con visión de futuro como Norte Verde, incorporan en sus proyectos plazas en altura, entendiendo que el crecimiento urbano, no solo se trata de ofrecer soluciones habitacionales, sino de compensar la escasez de áreas verdes que existe alrededor de los edificios, que suelen estar bien conectados con comercio local y transporte público, pero que no siempre cuentan con espacios verdes y lugares de encuentro para realizar actividades al aire libre.
Esta innovadora propuesta, viene del planteamiento urbano que hacía Le Corbusier, quien acuñó el concepto de quinta fachada. El uso de las azoteas permite mirar la ciudad, el paisaje que circunda la obra y realizar actividades al aire libre, tan necesarias para sumar bienestar al día a día y dotar de sentido lo cotidiano.
Las plazas en altura vienen a ser una reivindicación del espacio que han perdido las personas que habitan la ciudad. Si bien no son públicas, plantean una solución para las personas y para las áreas verdes que deberían existir en nuestros centros urbanos. Acá la reivindicación en el sentido más profundo es sobre el “encuentro” o “habitar grupal” que se autogenera en el cotidiano.
Desde Norte Verde tenemos el fiel compromiso de ofrecer un planteamiento urbano sustentable e inteligente, que garantice un impacto positivo en el espacio que ocupa y en la vida de las personas que lo viven.
Descubre nuestros proyectos que promueven la vida de barrio, como Ñuñoa Vida y que dotan de Una Nueva Mirada, la existencia urbana contemporánea.