Vivir y trabajar en el mismo edificio

Los desarrollos de uso mixto tienen múltiples ventajas y refuerzan el carácter de barrio al integrar en un solo edificio departamentos con áreas verdes y espacios comunes, oficinas y locales comerciales. Son desarrollos modernos y funcionales que se adaptan al estilo de vida actual donde las personas buscan optimizar al máximo los espacios y reducir los tiempos de traslado. Además, generan mayor eficiencia energética y sustentabilidad.

 

Los nuevos proyectos de uso mixto de Norte Verde, Edificio Atelier Prat, en Santiago centro, Edificio Corrientes, en Providencia, y Verne, en Coquimbo, son claros ejemplos de este exitoso concepto y siguen la tendencia Coliving, que favorece la vida en comunidad donde es posible vivir y trabajar en el mismo edificio y acceder a servicios comerciales. Todo lo cual apunta al mejor uso de las ciudades y una mayor calidad de vida.

 

Edificio Atelier Prat, en Santiago centro, rescata del entorno las características históricas de un barrio clásico y consolidado en plena calle Prat, muy conectado con una oferta completa de servicios, comercio, transporte y áreas verdes. Está situado a pasos de la estación Rondizzoni de la Línea 2, y cercano al icónico barrio Franklin, a los Parques O’Higgins e Intercomunal Víctor Jara, además de universidades, clínicas y supermercados.

 

Este proyecto armoniza perfectamente con este barrio diverso y de mucha vida, aportando a la renovación del sector, con un diseño boutique a escala humana de solo 6 pisos y 74 departamentos. Los pisos 1 y 2 están dedicados a 3 locales comerciales y 28 oficinas, y a partir del tercero, se desarrollan los pisos residenciales, con departamentos de tres tipologías: Estudio+Cocina Americana; 1D/1B+Cocina Americana; 2D/2B+Cocina Americana, con superficies entre 24,67 m² y 61 m².

 

Otro atributo diferenciador es su propuesta arquitectónica moderna y de líneas simples, que hace honor a su nombre, pues su diseño pareciera haber sido concebido en un atelier. La fachada tiene una especie de piel metálica envolvente, que le da dinamismo al proyecto y un llamativo look vanguardista. En la esquina superior del edificio, como espacios protagónicos de encuentro para la vida en comunidad, emergen el salón gourmet y quincho en altura.

 

Edificio Corrientes, ubicado en el corazón de Providencia, representa un hito para Norte Verde, ya que materializa su ingreso al sector oriente de la Región Metropolitana. Se inserta en un entorno de vida de barrio, bien conectado, en la calle Roberto del Río, cercano a áreas verdes como la Plaza La Alcaldesa, cercano al metro Inés de Suárez y al Parque del mismo nombre, y muy próximo a una completa oferta comercial.

 

Es un edificio boutique de 8 pisos orientado tanto a inversionistas como usuario final. Sus dos primeras plantas están destinadas a oficinas y locales comerciales y a partir del 3° piso se desarrollan los departamentos, solo 31, con superficies que varía entre 52 y 89 m² y tipologías de 2D+ 2B+ Cocina Americana; 2D + 2B + Cocina Integrada; y 3D + 3B + Cocina Americana. Sus valores van desde las 5.150 UF, convirtiéndose en una atractiva alternativa en un sector con precios mucho más altos que bordean las 9 mil UF.

 

Las áreas verdes y espacios comunes al aire libre son una impronta que distingue la oferta de Norte Verde. Particularmente, este proyecto tiene cerca de 200 m² de áreas verdes y en la azotea destaca su piscina alargada en forma de río con arbustos y un quincho panorámico para disfrutar la ciudad, pero manteniendo el contacto con la naturaleza. Su equipamiento, además, incluye gimnasio al aire libre y salón gourmet.

 

Verne, por su parte, está emplazado en Coquimbo, en un sector muy dinámico e importante de la ciudad. Cercano a servicios de salud y una amplia oferta comercial, este proyecto de uso mixto, de 15 pisos, incorpora oficinas y consultas médicas en los 4 primeros pisos, y departamentos en los siguientes, todo con accesos diferenciados. En la azotea, una piscina panorámica ofrece espectaculares vistas a la bahía.

 

Todos estos proyectos integran en un solo edificio departamentos, oficinas y locales comerciales, respondiendo a los nuevos estilos de vida que privilegian la utilización eficiente de los espacios y recursos, sin dejar de lado la vida en comunidad.

Construir una mejor ciudad

En febrero celebramos un nuevo aniversario de la fundación de Santiago. Nuestra ciudad cumplió 480 años y es inevitable pensar cómo ha cambiado a través de los años o, mejor dicho, cómo la hemos ido interviniendo, para bien o para mal.  También debemos mirar lo que es imperativo mejorar para tener una mejor ciudad.

 

Desde su nacimiento hasta hoy, la capital ha tenido un sinfín de cambios urbanos, algunos de mayor aporte y más acertados que otros. No cabe duda, de que esta ciudad se ha vuelto más compleja en su planificación, habitabilidad, interacción social y, en general, en las dinámicas marcadas por el ritmo vertiginoso de una urbe globalizada, que muchas veces crece de manera poco armónica.

 

Es innegable que la expansión urbana de Santiago ha traído segregación social, desequilibrios territoriales y afectación medioambiental, entre otros problemas. Pero también hay aspectos positivos que reconocer, porque si bien hoy tenemos una ciudad mucho más congestionada, al mismo tiempo ofrece conectividad y buenos espacios públicos. Tenemos una ciudad más equipada en comercio, servicios, entretención. Pero no es suficiente.

 

Es necesario comprender que el panorama urbano también se ha ido modelando en respuesta a los nuevos estilos de vida de las personas y a la configuración de la familia. Ésta se ha reducido a un promedio de 2,43 hijos. También hay mayor cantidad de inmigrantes (1.492.522, según datos del INE 2019), por lo que las necesidades habitacionales seguirán aumentando. El efecto de la pandemia dejó un déficit habitacional de 600 mil hogares, según estimaciones del Ministerio de Vivienda, realidad que hay que atender con urgencia.

 

En este panorama, cabe preguntarse hacia dónde debieran caminar las políticas públicas en materia de planificación urbana, cómo las inversiones públicas y privadas pueden canalizar las nuevas dinámicas de la ciudad y cuáles debieran ser las prioridades en pos de superar la segregación territorial. Esta época contemporánea nos obliga a aprovechar el espacio urbano lo mejor posible y a tener claro que ya no es una opción crecer en extensión.

 

El desarrollo va creando nuevas urbanizaciones y hoy más que nunca tenemos la responsabilidad de diseñar ciudades más conscientes con las personas y el medio ambiente, donde la gente pueda vivir bien conectada, favoreciendo la preferencia por caminar o usar las redes de transporte. Se trata de mejorar los espacios públicos, áreas verdes, paseos peatonales, ciclovías y disminuir el uso del auto. Esto tiene solo ganancias: mejora la salud, contamina menos y genera menores costos tanto para la persona como para la ciudad en conjunto.

 

Es imperativo que este aspecto sea considerado en las intervenciones e inversiones tanto públicas como privadas. Las autoridades tienen que hacer su aporte y el sector privado también.  Todos estamos de acuerdo en que es urgente que las ciudades se desarrollen con una política sostenible y sustentable en el tiempo, avalada en antecedentes técnicos, sociales, ambientales y culturales, cuyo objetivo principal sea velar por la calidad de vida de sus habitantes.

 

Para que esta tarea se cumpla y todos podamos aprovechar las ventajas que produce el desarrollo, se necesita avanzar con rapidez y mejorar cosas. Por ejemplo, que las políticas públicas sean evaluadas conforme al bien común, y no a intereses particulares, yendo en el mismo sentido que las necesidades de vivienda de las personas; mejorar la coordinación entre diseño y regulación, que exista una autoridad técnica única que garantice la coherencia de los proyectos para ofrecer mejores condiciones habitacionales; que las nuevas normativas evalúen todas los efectos que tendrá su aplicación, aun cuando su objetivo final sea bueno, y, dejar de tenerle miedo a la densificación. Es posible densificar con diversidad, integrando diferentes estratos sociales en la planificación.

 

La deuda es de todos los actores involucrados, públicos y privados. Depende de nosotros cómo queremos seguir diseñando nuestra ciudad.

Rescatamos mural de Venus

La preservación del arte e identidad de barrio nos mueve en Norte Verde, es por esto que apoyamos una gran iniciativa de preservación, diseño y creación artística de la mano de los artistas urbanos Grin (Víctor de la Fuente) y Pixel Art (Jorge Campos), ambos de destacada trayectoria en Chile y a nivel internacional.

El desafío que asumieron fue rescatar el mural de mosaico de Venus, que iba a ser destruido por la demolición del edificio donde estaba inserto, en las calles Curicó con Fray Camilo. Hacerlo fue toda una odisea, ya que tuvieron que desarmarlo para poder sacarlo del muro donde estaba. Una vez en el taller, realizaron un trabajo exhaustivo para armarlo nuevamente, y luego lo trasladaron a su nuevo hogar, la fachada de nuestro “Edificio Céntrico”, donde, una vez montado, afinaron detalles e intervinieron su fondo con “una reinterpretación de los bajos relieves que se solían hacer en la arquitectura clásica, pero de forma más moderna. La idea era darle un espacio de tridimensionalidad, que se mezcle con la perspectiva del edificio”, comenta Grin.

“Al principio pensé que la Venus se iba a perder, pero gracias a esta iniciativa pudimos rescatarlo y ahora el mural destaca por una gran ubicación y visibilidad. Es difícil que las inmobiliarias en general le den valor al arte y Norte Verde fue la excepción, tuvimos muy buena recepción y eso es gratificante y se valora”, señala Pixel Art, quien expone constantemente en Paris y en Chile ha realizado varias obras, como en el Jardín Mallinkrodt y Patio Bellavista.

Una gran colaboración entre 2 grandes artistas del arte urbano de Santiago y el mundo.

¡Ganamos los PAU!

Tras dos nominaciones en años anteriores, este año ganamos los premios PAU. Nuestro icónico proyecto Ñuñoa Vida fue reconocido como el Mejor Proyecto Inmobiliario de Densificación Equilibrada. Este Premio al Aporte Urbano -distinción entregada por el Minvu, la Cámara Chilena de la Construcción, el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, el Colegio de Arquitectos y la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile- reconoció a Vida en la categoría de Densificación Equilibrada que evalúa cinco pilares:

  • Que sea parte de un proceso planificado y no un proyecto individual
  • Que favorezca la integración social y urbana
  • Que el proyecto respete la escala de barrio y que considere la participación ciudadana en los diseños y en la implementación del proyecto
  • Que sea eficiente: que tenga sentido de densificar según la existencia de bienes y servicios públicos
  • Que el proyecto tenga un equilibrio entre sustentabilidad económica, social y medioambiental

Entre los atributos que destacaron del proyecto estuvieron principalmente la entrega de una plaza pública al barrio y que le dimos nueva vida a este sector de la ciudad que estaba infrautilizado. Fuimos la primera inmobiliaria en poner el ojo en esta zona de Ñuñoa, que era industrial y estaba un poco abandonada. Después de nosotros, varias inmobiliarias han desarrollado proyectos en el sector, transformándose en un nuevo polo urbano de la ciudad: Nueva Ñuñoa.

Además, Vida es el primer proyecto residencial en el que sus dos torres habitacionales están unidas por un puente de doble altura en el que se encuentran las áreas comunes, con vista panorámica a la ciudad.

El mito de la guerra de precios

La pandemia ha golpeado fuerte al sector inmobiliario, tanto por la paralización de las obras como por la postergación de decisión de compra por parte de muchas personas que estaban en búsqueda de una vivienda y han debido concentrarse en otras prioridades. Este contexto desfavorable para la industria se amplía si sumamos la crisis social de octubre, que trajo gran incertidumbre en materia económica y social, dibujando un panorama al parecer propicio, según algunas teorías, para una inevitable baja en los valores de departamentos. Se habla incluso de “guerra de precios”, lo que hay que mirar con mucha cautela para no generar falsas expectativas.

 

Si concentramos el análisis en Santiago Centro, con datos precisos de la prestigiada encuesta GFK, nos encontramos con que en el tercer trimestre de 2019 hubo 1121 unidades vendidas a 71,2 UF/m2, con una oferta de 4931 unidades. En cambio, en el primer trimestre de 2020, encontramos una venta de 409 unidades, una disminución de un 64%; y una oferta de 6549 unidades, lo cual equivale a un aumento del 33%;  y un valor de venta promedio de 73,9 UF/m2, aumento del 3,8%. ¿Cómo puede existir esta incongruencia de tener más stock, menos ventas y que el precio suba?  La respuesta es clara: por mucho que exista un momentáneo sobre stock, en situaciones normales no toma más de 15 meses para agotarlo, por lo cual no han existido grandes descuentos de departamentos en el centro. Realizamos un estudio a los 75 proyectos existentes en esa comuna y en ninguno de ellos encontramos importantes rebajas, solo apoyo para mejorar las condiciones del pie, ayudar en posibles vacancias, seguros de desempleo, etcétera.

 

La ONU asegura que en 30 años tendremos que construir nuevo espacio urbano para alrededor de 2.500 millones de personas en el mundo. Hoy, un 55% de la población mundial vive en ciudades, y para 2050 ese número aumentará a un 68%. Con estas proyecciones, no cabe duda de que la demanda por viviendas seguirá aumentando, lo cual, sumado a las normativas que han elevado el precio del suelo y el precio de la construcción, implica que los precios seguirán subiendo. Solo como ejemplo, el próximo 17 de noviembre entrará en vigencia la Ley de Aporte al Espacio Público, que puede llegar a aumentar hasta en un 44% el valor del suelo, lo que podría subir en más de un 10% los precios actuales. Este efecto es bastante mayor al impacto que tuvo el IVA en su momento.

 

Con todo esto en consideración, creo que es muy importante dejar de dar falsas expectativas con el mito de una guerra de precios. Las proyecciones de demanda futura e interés de muchos inversionistas por comprar departamentos, sumado a las tasas actuales y a las próximas normativas que empiezan a regir este año, han hecho que los precios en Santiago centro suban a pesar de que las ventas hayan bajado.

 

Es por esto que hoy en día, si la situación financiera personal lo permite, la mejor inversión sigue siendo en propiedades, ya que los bienes raíces otorgan plusvalía y rentabilidad segura en el tiempo.

 

Roberto Bascuñán W.

Gerente General Inmobiliaria Norte Verde

La tendencia de los huertos comunitarios

Desde hace ya varios años en varias partes del mundo, especialmente en Europa, se han instalado en las ciudades huertos comunitarios, lugares donde varios miembros de la comunidad plantan especies para luego consumirlas, como tomates, lechugas, albahaca, ají, etcétera.

La idea es colaborar entre todos para poder cultivar sus propias verduras orgánicas, generando lazos de protección y respeto dentro de la comunidad.

En Chile, esta tendencia mundial aterrizó hace algún tiempo y ha ido tomando fuerza poco a poco. Es por esto que en Norte Verde decidimos apoyar e impulsar esta iniciativa implementando el primer huerto comunitario en uno de nuestros proyectos. Parque Curicó, ubicado en pleno centro de Santiago, cercano al Parque Bustamante, Barrio Italia y Lastarria, será nuestro primer edificio con un huerto comunitario en la azotea.

La ciudad después de la pandemia

El debate sobre la densificación y cómo se concibe la ciudad sostenible adquiere relevancia a raíz del coronavirus y en estos días ha comenzado a acuñarse el concepto de ciudad saludable o post pandemia.

 

Se piensa, equivocadamente, que alejando a las personas del centro de la ciudad se conseguirá calidad de vida y la emergencia sanitaria ha probado justamente lo contrario. En los sectores más periféricos, la falta de acceso a establecimientos de salud, equipamiento comercial y servicios, ha obligado a las personas a grandes desplazamientos para suplir necesidades básicas, una dependencia del transporte público, lo que se traduce en una peor calidad de vida y en esta emergencia, riesgo para la salud.

 

La inequidad territorial ha existido siempre y es tiempo de abordarla, con una mirada que apunte a acercar los servicios a las personas y conectar las zonas donde hay desigualdad. Adaptar la ciudad significa cambiar el foco y entender que cuando se densifica con equilibrio, se otorga más posibilidad de acceso a lo que las personas necesitan para su diario vivir y que cuando no se densifica, las ciudades se extienden y las autoridades no logran responder de manera oportuna ni eficiente a necesidades de salud, educación, seguridad y transporte en las zonas más alejadas de la urbe.

 

La densificación permite, también, desarrollar ciudades más benévolas con el medio ambiente, barrios caminables, vida al aire libre y aprovechamiento del espacio público en los que se puede favorecer la vinculación con distanciamiento.

 

Vale la pena mirar la experiencia internacional y buscar evidencia de ciudades que han sabido impulsar un crecimiento urbano saludable. En Vancouver y Nueva York, la densificación mejoró la calidad de vida de las personas, quienes dejaron los autos en casa, comenzaron a desplazarse a pie y a ocupar las áreas verdes públicas. Singapur, en tanto, comprendió algo esencial sobre las ventajas de la densidad urbana: que sólo podría mantener los espacios verdes creciendo hacia arriba.

 

Por ello, el desafío de acercar la ciudad a las personas es gigante tanto para las autoridades, responsables de las políticas habitacionales como para los desarrolladores. Hoy más que nunca se hace fundamental no volver a permitir ningún tipo de planificación de un conjunto mono funcional. Debemos empezar a fomentar edificios mixtos: locales comerciales, oficinas y habitacional; y densificar con diversidad, integrando diferentes estratos sociales en todo tipo de planificación, evitando que los trabajos se encuentren lejanos a los puntos de residencia.

 

La densificación es la base, y la diversidad social y de uso son un desde en el camino hacia evitar los grandes trayectos que muchos se ven obligados a realizar diariamente. Necesitamos ciudades más densas, diversas y compactas, no solo por un tema de salud, sino también para mejorar la calidad de vida de todos y disminuir el impacto ecológico de las ciudades sobre el medio ambiente. Creer que oponerse a la densificación es la manera de cuidar a las personas, parece políticamente correcto, pero es una pésima política urbana que trae en la mayoría de los casos peores consecuencias que el mal que pretende evitar. La pandemia se ha encargado de demostrarlo.

 

Roberto Bascuñán, Gerente General Inmobiliaria Norte Verde

Arquitectura para disminuir el ruido de la ciudad

Uno de los problemas más comunes en la ciudad es el ruido que hay en ella, muchos se acostumbran con el tiempo pero otros simplemente terminan por cansarse. En la actualidad, la arquitectura sustentable está entregando novedosas soluciones para este problema.

 

A la hora de elegir el lugar donde adquirir un nuevo inmueble, ¿consideras el ruido como un posible factor de compra?

Para la mayoría el ruido no es un problema, pero la verdad es que es una forma de contaminación que muchos no consideran a la hora de habitar un lugar.

La ciencia ha demostrado que se debe considerar la contaminación acústica como una amenaza vinculada a problemas de salud como trastornos del sueño, enfermedades vasculares, desempeño laboral e incluso pérdida de la audición.

¿Puede la arquitectura ayudar a combatir la contaminación acústica? Expertos indican que sí y entregan algunas soluciones.

La arquitectura auditiva es una especialización de la arquitectura que se centra en el efecto que los edificios pueden tener sobre la salud de las personas. El uso de la tecnología y nuevos tipos de materiales de construcción podrían ayudarnos no solo a construir mejores ciudades nuevas, sino también a reparar las antiguas.

Los edificios existentes pueden modernizarse con fachadas vibratorias que pueden potencialmente cancelar el sonido, produciendo un sonido a la frecuencia y banda de onda correcta, que contrarresta las ondas de sonido de los ruidos molestos.

En otras palabras, la ciencia junto con nuevas materialidades usadas en las construcciones pueden igualar las ondas que emiten los fuertes ruidos y anularlas.