Minimalismo: la tendencia del 2020

La decoración minimalista se caracteriza por un factor: simplificar todo al máximo, deshacerse de lo innecesario y reducir a lo esencial.

Esta tendencia pasó del arte al diseño y la decoración de interiores, transformándose hoy en día uno de los estilos más innovadores. Porque sí, menos es más.

Dentro de esto, hacemos hincapié en que, a pesar de reducir, la funcionalidad prima ante todo: hacer más con menos es la premisa.

Aquí todo es elegido meticulosamente, nada queda al azar. El mobiliario y la decoración es estudiada y escogida en detalle, el lugar que ocupa cada cosa tiene un por qué.

El factor que marca la elegancia en un ambiente minimalista es la ausencia de objetos. Pocos muebles, pocos colores y una presencia muy bien pensada en los elementos decorativos.

Líneas rectas, espacios limpios, luminosos y amplios son el resultado de esta decoración.

En los hogares minimalistas, no se busca rellenar los espacios sino preservarlos. Esto se expresa en cómo se organiza, en los pisos, paredes, superficies y luces. La combinación de esto nos debe entregar una armonía entre la sencillez y funcionalidad.

En cuanto a los colores, la combinación es casi monocromática y las combinaciones son escasas. Predomina el gris, beige y algunos toques de negro, pero el blanco es el favorito ya que cumple con entregar amplitud.

Parece sencillo de llevar, pero ¿te atreverías a dejar el estilo de tu hogar y comenzar a llevarlo hacia el minimalismo?

Influencia del color en tu hogar

Los colores tienen efecto en cómo nos sentimos y reaccionamos ante determinadas situaciones. Cada color está asociado a un estado de ánimo, una personalidad y a un mensaje relacionado a la decoración; estos influyen directamente en nuestras percepciones.

La principal división es entre colores cálidos y fríos. Los colores cálidos, con la gama de colores tierra, tienen un efecto estimulante, son alegres y activos. En su tonalidad más clara son acogedores, amigables, entregan luminosidad y amplitud a los espacios. Por eso, suelen usarse en espacios comunes del hogar. En su gama más oscura, pueden dar un efecto reductor de espacios, pero también podemos mezclar tonalidades y así tener todos los beneficios en nuestra casa.

En cuanto a los colores fríos, como el azul, son buenos para zonas de descanso ya que transmiten serenidad. Hay otros, como el verde, que nos ayudan a combatir el estrés o a estimular nuestra creatividad, pero esta gama en particular nos ayuda en la concentración, representan confianza y seguridad, además de un estilo moderno para nuestros ambientes.

Sin embargo, es importante destacar un color más: el blanco. Este será el mejor aliado para decorar debido  su versatilidad, apoyando cualquiera de las dos gamas.

Dentro de esto surge una gran duda: ¿se pueden combinar colores cálidos y fríos en un mismo espacio?

Todo depende de lo que queramos transmitir. Puedes usar colores fríos como el turquesa para las paredes, y colores cálidos como el naranjo para la decoración. Independiente de la combinación de colores que puedas escoger, siempre estarás transmitiendo un mensaje y plasmando tu personalidad.