La discusión está planteada: los proyectos en altura son el pasado, presente y futuro de las grandes capitales. Es más, esto demuestra un crecimiento en lo que respecta a una sociedad que se va adaptando a todos los esquemas.
Pese a que estos cambios nos predisponen a un buen augurio, tenemos que considerar que todavía se puede mejorar nuestra forma de vivir. ¿A quién no le gustaría vivir rodeado de áreas verdes? Este es un gran desafío para las inmobilarias del siglo XXI.
El Consejo Nacional de Desarrollo Urbano realizó un informe durante abril de 2019, donde reveló que existe una carencia de espacios al aire libre en las zonas más pobladas de la Región Metropolitana. Entonces, ¿es posible un mundo en común entre los proyectos inmobiliarios y áreas verdes?
Nosotros creemos que sí, y la solución pasa por la calidad de las edificaciones. Por eso, en nuestros proyectos hemos puesto parques privados, terrazas con vegetación e incluso en Ñuñoa Vida incorporamos un muro verde (pared recubierta con vegetación).
Esto demuestra que existe una intención para ir mejorando dicho déficit de áreas verdes. Sin embargo, queda mucho trayecto para conseguir que todos puedan optar a lugares que incrementen su calidad de vida.